Puente de Godric

Siempre que necesitaba pensar me dirigía a aquel puente que tanto me ayudaba a despejarme. Caminé lentamente sobre la rojiza piedra de la cual estaba construído y a lo lejos divisaba la silueta de un chico tumbado sobre el césped en una de las laderas.
Mi mente vagaba por los recuerdos de mis encuentros con Ethan y es que si antes de hablar con él, este ya ocupaba mi mente, ahora todo era más complejo... ¿Por qué tuve que enamorarme de él?
-Hola- dije al chico con una sonrisa mientras mi espalda se apoyaba contra uno de los bordillos pedreados del acueducto

Al escuchar su nombre incliné levemente mi cabeza a modo de presentación y la sonrisa no se borró de mi rostro. Ese chico debía de ser nuevo pues no recordaba haber visto su cara por ningun rincón de la facultad.
-Mi nombre es Sophie, mucho gusto

Me encogí de hombros al escuchar su pregunta ya que era por la tarde asi que no era raro ver a alguien por ese lugar por muy solitario que fuera.
-Necesitaba despejarme-dije con sencillez antes de sentarme en el cesped con las piernas encogidas

Su pregunta me sorprendió y a la vez me resultó graciosa ya que parecía nervioso y tímido, como yo...
-Adelante-lo incité a seguir hablando de aquello que quería y no me hacía a la más mínima idea de qué podía ser

Sí, así me había sentido y seguía sintiéndome a pesar de estar rodeada de magos pero es que no era culpa de mis poderes si no de mi forma reservada de ser y mi afán por estudiar. Ladeé la cabeza con mi sonrisa enternecida dispuesta a explicarme.
-Somos diferentes y yo estoy orgullosa de ello a pesar de todo

Al escuchar sus alagos no pude evitar sonrojarme mientras una nerviosa y tímida risa se escapaba de mis labios. Él también era muy lindo pero mi corazón ya tenía dueño pero no le negaría lo de ser amigos.
-Será un placer, llámame cuando quieras-dije levantándome sin borrar la cálida sonrisa de mi rostro

oki gracias sabes si recibes una carta de un fenix no te asustes es solo que no tengo lechuza y pues me gusta cornelio te quiero mucho eres una persona super especial y no quiero perder tu amistad nunca le digo mienras me paro y le doy un fraternal abrazo

Respondí a su abrazo agradecida por aquel gesto tan reconfortante y al separarme, tras acariciar su mejilla durante unos segundos, comencé a caminar en dirección contraria, de vuelta a la facultad mientras me despedía con la mano y esa permanente sonrisa que me caracterizaba